En los últimos años, las empresas han focalizado en mejorar la huella de carbono o el impacto hídrico a través de la búsqueda de una mayor eficiencia en el proceso productivo del envase. Un agregado al día de hoy, es mejorar la imagen a través de una mayor utilización de componentes reciclados. El gran reto de los fabricantes de envases es conseguir que el producto sea atractivo para el consumidor, cuyas claves para el cumplimiento son una mayor flexibilidad legislativa y mejores infraestructuras de reciclaje. A fines de mejorar la experiencia de tanto clientes como consumidores, las empresas apuestan por envases inteligentes. Utilizando etiquetas o indicadores, es posible informar acerca de la temperatura del producto, y cuán apto se encuentra para su consumo. La incorporación del empleo de tecnologías – como ser la inteligencia artificial – permite la automatización del proceso productivo. Así, el monitoreo de la cadena de suministro puede identificar posibles o factibles anomalías o desviaciones. Hoy por hoy, es fundamental el diseño de envases para todos. Lograr la inclusividad a través del diseño de los envases es una normativa cada vez más considerada por las marcas. En este sentido, tanto el etiquetado en braille como los relieves de la superficie del envase, son claves para llegar a todo consumidor.